POLÍTICA SOCIAL
Construir un país con bienestar
El objetivo mas importante del gobierno de la Cuarta Transformacion es que
en 2024 la población de México está viviendo en un entorno de bienestar. es
última instancia, la lucha contra la corrupción y la frivolidad, la construcción
de la paz y la seguridad, los proyectos regionales y los programas sectoriales
que opera el Ejecutivo Federal están orientados a ese propósito sexenal.
El estado de bienestar no es un concepto nuevo. Desde el Siglo XIX, los
movimientos obreros impulsaron en muchos paises del mundo
¿Por qué más tarde habrían de quedar plasmadas en políticas?
cuentos sociales como los servicios universales y educacion de gratis y salud,
las vacaciones pagadas, la jornada máxima de trabajo y los salarios mínimos.
Con marcadas diferencias, tanto en Europa como en Estados Unidos se
edificaron Estados de bienestar. En el caso de México, los artículos 3, 27, 123
y otros de la Constitución de 1917 sentaron las bases para un Estado de
Bienestar con características propias en un país predominantemente agrario y
de tradiciones indígenas comunitarias.
Para edificar el bienestar de las mayorías se requería de una fuerte presencia
del sector público en la economía, de enérgicas políticas recaudatorias y de
una intervención estatal que moderara las enormes desigualdades sociales en
las que desemboca de manera inevitable una economía de mercado sin
control alguno. Así pues, hasta hace unas décadas era normal y aceptado que
en los países capitalistas industrializados el Estado detentara el monopolio de
sectores estratégicos como las telecomunicaciones y los ferrocarriles, la
operación de puertos y aeropuertos, los sistemas de pensiones y, por
supuesto, los sistemas de educación y salud.
En la crisis económica de 1973 los grandes capitales y sus ideólogos, los
economistas neoliberales, vieron la oportunidad de desmantelar en provecho propio los mecanismos de redistribución, los derechos laborales, los sistemas
de enseñanza y salud y todo lo que fuera de propiedad pública. Se alzó en el
mundo un clamor concertado que señalaba al sector público como
intrínsecamente corrupto y mal administrador, se afirmó que resultaba
demasiado costoso mantener los derechos laborales y sociales adujo que el
gasto social era inflacionario y generador de déficits incontrolables que
acabarían llevando a los países a la bancarrota. El modelo alternativo, que fue
el desmantelamiento del Estado de bienestar y la privatización de todo lo
imaginable, tuvo en la dictadura militar chilena (instaurada de manera
criminal y violenta en 1973) su primer laboratorio. De allí pasó a Gran Bretaña,
en donde fue aplicado por los conservadores y, posteriormente, en 1981, en
los Estados Unidos de América en donde se eliminaron un sinfín de leyes que
regulaban la economía y las finanzas, se redujeron los impuestos y se
emprendió una ofensiva en contra de los sindicatos.
Las crisis financieras que padeció México en 1976 y de 1982 en adelante
llevaron al colapso al modelo económico propio, que fue denominado
desarrollo estabilizador y, a partir de 1982, los gobernantes empezaron a
adoptar medidas de claro corte neoliberal. Seis años más tarde, con la
imposición de Carlos Salinas en la presidencia de la república, la receta fue
aplicada de lleno y se inició el desastroso periodo que culminó en 2018 y que
dejó una dolorosa herencia de pobreza multiplicada, desigualdad social,
marginación, corrupción, deterioro institucional, pérdida de soberanía,
inseguridad y violencia.
Hoy, en 2019, el país y el mundo han cambiado mucho y en muchos sentidos,
y sería imposible y hasta disparatado intentar un retorno a las estrategias del
desarrollo estabilizador. Esas estrategias atenuaron, pero no erradicaron la
pobreza y la miseria y fueron obra de un régimen claramente antidemocrático.
Actualmente México vive en una economía mundial abierta, el antiguo orden
bipolar ha desaparecido, la revolución digital ha trastocado las viejas lógicas
del comercio y de las relaciones sociales, el grado de integración económica
con Estados Unidos es mucho mayor que en 1982 o 1988, en los tiemposprevios al Tratado de Libre Comercio, y la sociedad es mucho más consciente
y participativa y no toleraría un régimen autoritario como el que se mantuvo
hasta el 2018.
En estas circunstancias, el gobierno federal impulsará una nueva vía hacia el
desarrollo para el bienestar, una vía en la que la participación de la sociedad
resulta indispensable y que puede definirse con este propósito:
construiremos la modernidad desde abajo, entre todos y sin excluir a nadie.
La referencia a ese “abajo” social refiere el protagonismo histórico que se han
ganado los siempre desposeídos, oprimidos, despojados y discriminados,
aquellos que han sido tradicionalmente atropellados por los grandes
intereses económicos, ignorados por los medios y privados del ejercicio de
sus derechos por el poder político; pero hace referencia también a la
formidable reserva de civilización contenida en la herencia cultural y social
mesoamericana y que ha resistido trescientos años de dominio colonial, un
siglo de guerras e intestinas durante la república independiente y, por
supuesto, más de tres décadas de neoliberalismo rapaz. Será una
construcción colectiva, que incluya la vasta diversidad de posturas políticas,
condiciones socioeconómicas, espiritualidades, culturas, regiones e idiomas,
ocupaciones y oficios, edades e identidades y preferencias sexuales que
confluye en la población actual de México. Y no excluirá a nadie porque será,
precisamente, una respuesta positiva y constructiva a las décadas de
exclusión en las que las mayorías fueron impedidas de participar, mediante la
manipulación política, la desinformación y la represión abierta, en las
decisiones nacionales.
En esta nueva etapa de la vida nacional el Estado no será gestor de
oportunidades, que es como se presentó de manera explícita la política social
del régimen neoliberal. Será, en cambio, garante de derechos. La diferencia
entre unas y otros es clara: las oportunidades son circunstancias azarosas y
temporales o concesiones discrecionales sujetas a término que se le
presentan a un afortunado entre muchos y que pueden ser aprovechadas o no. Los derechos son inmanentes a la persona, irrenunciables, universales y
de cumplimiento obligatorio.
El derecho a la vida, a la integridad física y a la propiedad serán garantizados
por medio de la ya descrita Estrategia Nacional de Paz y Seguridad. El
gobierno federal hará realidad el lema “Primero los pobres”, que significa
empezar el combate a la pobreza y la marginación por los sectores más
indefensos de la población.
Desarrollo sostenible
El gobierno de México está comprometido a impulsar el desarrollo sostenible,
que en la época presente se ha evidenciado como un factor indispensable del
bienestar. Se le define como la satisfacción de las necesidades de la
generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones
futuras para satisfacer sus propias necesidades. Esta fórmula resume
insoslayables mandatos éticos, sociales, ambientales y económicos que
deben ser aplicados en el presente para garantizar un futuro mínimamente
habitable y armónico. El hacer caso omiso de este paradigma no sólo conduce
a la gestación de desequilibrios de toda suerte en el corto plazo, sino que
conlleva una severa violación a los derechos de quienes no han nacido. Por
ello, el Ejecutivo Federal considerará en toda circunstancia los impactos que
tendrán sus políticas y programas en el tejido social, en la ecología y en los
horizontes políticos y económicos del país. Además, se guiará por una idea de
desarrollo que subsane las injusticias sociales e impulse el crecimiento
económico sin provocar afectaciones a la convivencia pacífica, a los lazos de
solidaridad, a la diversidad cultural ni al entorno.
Programas:
1. El Programa para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores da un
apoyo universal a mujeres y hombres de más de 68 años en todo el país. La
mayor parte de ellos se encuentra en pobreza y sin acceso a un sistema de
protección social que les garantice una vejez digna y plena. Según datos oficiales solo 23 por ciento de las mujeres y 40 por ciento de los hombres
tienen acceso a una pensión contributiva. Pero lo más grave es que 26 por
ciento de las personas adultas mayores no tienen ni pensión contributiva ni
apoyo de programas sociales. El apoyo económico se entrega de manera
directa –sin intermediarios- mediante el uso de una tarjeta bancaria. En las
comunidades indígenas del país, la edad mínima para inscribirse en el
programa es de 65 años. Lo mismo ocurre en el caso de personas mayores de
65 años que se hayan inscrito en el Padrón de derechohabientes del
programa Pensión para Adultos Mayores activos a diciembre de 2018. Para
2019 el monto del apoyo económico es de mil 275 pesos mensuales y se
entrega en forma bimestral mediante depósito directo en tarjeta bancaria.
2. El Programa Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad
apoya a niñas, niños y jóvenes de hasta 29 años que tienen discapacidad
permanente, así como a personas con discapacidad de 0 a 64 años que vivan
en comunidades indígenas. Más de la mitad de las personas con discapacidad
se encuentran además en situación de pobreza. Con este programa el
gobierno de la república busca la vigencia efectiva de los derechos de niñas,
niños, jóvenes e indígenas con discapacidad, así como eliminar la
marginación, la discriminación y el racismo de las y los mexicanos con
discapacidad. El monto del apoyo económico es de 2 mil 250 pesos
bimestrales y se entrega en forma bimestral mediante depósito directo en
tarjeta bancaria.
3. El Programa Nacional de Becas para el Bienestar Benito Juárez está
dirigido a niñas, niños y jóvenes menores de 18 años, cuyos hogares se
encuentren en situación de pobreza extrema y que estudien en una escuela
pública, desde Educación Inicial y Básica, Educación Media Superior y
Educación Superior. Está limitado a una beca por familia y el apoyo es de 800
pesos mensuales que serán entregados de manera bimestral al beneficiario,
ya sea mediante depósito en tarjeta bancaria, con una orden de pago en
sucursales o, cuando no haya otra forma, en efectivo en mesas de pago. En el
caso de los niños, el apoyo se entregará a sus padres o tutores. La duración será la misma que la del ciclo escolar (cinco bimestres) y los beneficiarios
deberán reincorporarse anualmente al programa.
4. Jóvenes Construyendo el Futuro tiene como propósito que jóvenes de
entre 18 y 29 años de edad que no se encuentren estudiando ni trabajando
reciban capacitación laboral. El alcance del programa es de 2.3 millones de
jóvenes. El gobierno federal les otorga una beca mensual de 3 mil 600 pesos
para que se capaciten durante un año en empresas, instituciones públicas y
organizaciones sociales, en donde recibirán capacitación para desarrollar
habilidades que les permitan insertarse con éxito en el ámbito laboral. La
capacitación tendrá una duración máxima de doce meses. La relación entre
becarios y tutores no se considerará de carácter laboral. Los becarios reciben
un apoyo mensual de 3 mil 600 pesos que se entrega directamente y de
manera igualitaria entre mujeres y hombres. Los becarios reciben, además,
por medio del IMSS, un seguro médico que cubre accidentes, enfermedades,
maternidad y riesgos de trabajo durante el periodo de permanencia en el
programa. Los becarios no deben realizar labores como asistentes personales,
de seguridad privada, veladores, promotores de partidos políticos ni trabajo
doméstico.
Pueden participar como tutores empresas de todos los tamaños y sectores;
personas físicas como: plomeros, electricistas, artesanos y profesionistas;
instituciones públicas tales como secretarías, municipios, gobiernos locales,
poderes legislativo y judicial, órganos autónomos o desconcentrados y
organismos internacionales; organizaciones de la sociedad civil; universidades,
sindicatos, escuelas, hospitales y museos, entre otras.
5. Jóvenes escribiendo el futuro es un programa nacional dirigido a jóvenes
que estén inscritos en algún centro de educación superior en modalidad
escolarizada, tengan menos de 29 años, no reciban otra beca del gobierno
federal, y vivan en un hogar en situación de pobreza. Se aplica en una primera
etapa en las escuelas normales, universidades interculturales, Universidad
Nacional Agraria, Universidad de Chapingo y Universidad Benito Juárez. Se dará prioridad a mujeres indígenas y afrodescendientes, a hombres indígenas
y afrodescendientes, a personas que vivan en una zona de atención prioritaria
y a personas que vivan en contextos de violencia. A cada becario se dará un
apoyo de 4 mil 800 pesos bimestrales durante el ciclo escolar (cinco
bimestres) y tendrá como requisitos que la institución educativa tenga el
expediente escolar completo del becario, que éste tenga un número de
matrícula y un grupo asignado y que asista a clases con regularidad. Los
becarios podrán inscribirse anualmente en tanto concluyen su educación
superior, con el límite máximo del número de años previsto en el plan de
estudios de la carrera que cursen.
6. Sembrando vida es un programa dirigido a las y los sujetos agrarios para
impulsar su participación efectiva en el desarrollo rural integral. Cubre los
estados de Campeche, Chiapas, Chihuahua, Colima, Durango, Guerrero,
Hidalgo, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí,
Sinaloa, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Yucatán. Incentiva a los
sujetos agrarios a establecer sistemas productivos agroforestales, el cual
combina la producción de los cultivos tradicionales en conjunto con árboles
frutícolas y maderables, y el sistema de Milpa Intercalada entre Árboles
Frutales (MIAF), con lo que se contribuirá a generar empleos, se incentivará la
autosuficiencia alimentaria, se mejorarán los ingresos de las y los pobladores
y se recuperará la cobertura forestal de un millón de hectáreas en el país. Se
otorgará apoyo económico a sujetos agrarios mayores de edad, que habiten
en localidades rurales y que tengan un ingreso inferior a la línea de bienestar
rural y que sean propietarios o poseedores de 2.5 hectáreas disponibles para
proyectos agroforestales. Los beneficiarios recibirán un apoyo mensual de 5
mil pesos, así como apoyos en especie para la producción agroforestal
(plantas, insumos, herramientas) y acompañamiento técnico para la
implementación de sistemas agroforestales. Los técnicos del programa
compartirán conocimientos y experiencias con los campesinos y aprenderán
de la sabiduría de las personas que han convivido con la naturaleza y con el
territorio 7. El Programa Nacional de Reconstrucción está orientado a la atención de la
población afectada por los sismos de septiembre de 2017 y febrero de 2018,
con un enfoque de derechos humanos, y se aplica en Chiapas, México,
Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Puebla, Tabasco, Tlaxcala,
Veracruz y Ciudad de México. Se prioriza la atención a quienes habiten en
zonas con mayor grado de marginación, con población mayoritariamente
indígena o con altos índices de violencia, y considerando las localidades con
mayor concentración de daños materiales, la proporcionalidad de la
afectación por el número de inmuebles en la localidad, y el mayor daño en la
infraestructura y las viviendas. El programa es operado por la Comisión
Intersecretarial para la Reconstrucción, creada mediante decreto presidencial,
es encabezada por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano y
participan en ella las Secretarías de Hacienda y Crédito Público, Educación
Pública, Salud, Cultura, Seguridad Pública y Protección Ciudadana. Está a
cargo de la reconstrucción, reparación, reubicación, acondicionamiento,
equipamiento, restauración, rehabilitación, mantenimiento y capacitación
para la prevención y la conservación de los bienes afectados por los sismos en
los sectores de vivienda, educación, salud y cultura. Para la realización de los
proyectos y acciones se promoverá la participación de profesionistas,
instituciones académicas, pequeñas empresas, cooperativas, trabajadores de
la construcción y de servicios, privilegiando la participación de empresas y
profesionistas de la entidad correspondiente, así como de la mano de obra de
las localidades en las que se llevarán a cabo los proyectos y acciones del
programa, cuando no se trate de actividades de alta especialización para
recuperar y preservar el patrimonio cultural de la Nación. En todos los casos
se buscará contribuir al fortalecimiento de la economía local. Este programa
tiene un presupuesto de ocho mil millones de pesos que serán ejercidos por
las secretarías de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (cinco mil 600
millones) y Educación Pública, Salud, y Cultura (800 millones cada una).
8. Desarrollo Urbano y Vivienda. Hemos comenzado el Programa de
Mejoramiento Urbano y Vivienda en 14 municipios del país, tanto en
ciudades de la frontera norte como en polos de desarrollo turístico, para aminorar el contraste entre zonas con hoteles de gran lujo, desarrollos
urbanos exclusivos y colonias marginadas. Se realizarán obras de
rehabilitación y/o mejoramiento de espacios públicos.
El programa abarca ciudades fronterizas como Tijuana, Mexicali, San Luis Río
Colorado, Nogales, Ciudad Juárez, Acuña, Piedras Negras, Nuevo Laredo,
Reynosa y Matamoros; así como colonias marginadas de cuatro turísticos: Los
Cabos, Bahía de Banderas, Acapulco y Solidaridad.
La vivienda social será una prioridad y se realizarán miles de acciones de
mejoramiento, ampliación y sustitución de vivienda. Solo este año se van a
reestructurar 194 mil créditos del Infonavit, lo que va a beneficiar a miles de
familias trabajadoras.
9. Tandas para el bienestar. Un millón de pequeños negocios recibirán el
beneficio de un crédito a la palabra para la adquisición de insumos y
herramientas. El objetivo de este programa es mejorar las condiciones de
todo tipo de pequeñas unidades económicas con el fin de fortalecer la
economía con un enfoque de justicia social. Los créditos iniciales serán de 6
mil pesos y al término de un año, si el crédito ha sido pagado, el beneficiario
podrá acceder a otro préstamo por 10 mil pesos; en el siguiente ciclo la
cantidad a financiar será de 15 mil pesos y el tope máximo será de 20 mil
pesos. El gobierno federal dispone de seis mil millones de pesos para
financiar este programa.
Derecho a la educación
Durante el periodo neoliberal el sistema de educación pública fue devastado
por los gobiernos oligárquicos; se pretendió acabar con la gratuidad de la
educación superior, se sometió a las universidades públicas a un acoso
presupuestal sin precedentes, los ciclos básico, medio y medio superior
fueron vistos como oportunidades de negocio para venderle al gobierno
insumos educativos inservibles y a precios inflados, se emprendió una ofensiva brutal en contra de las escuelas normales rurales y en el sexenio
pasado se operó una mal llamada reforma educativa que era en realidad una
contrarreforma laboral, contraria a los derechos laborales del magisterio y
orientada a crear las condiciones para la privatización generalizada de la
enseñanza.
Esta estrategia perversa se tradujo en la degradación de la calidad de la
enseñanza en los niveles básico, medio y medio superior y en la exclusión de
cientos de miles de jóvenes de las universidades. En los hechos, el derecho
constitucional a la educación resultó severamente mutilado y ello no sólo
privó al país de un número incalculable de graduados, sino que agravó el auge
de la delincuencia y las conductas antisociales. En el sexenio anterior la
alteración del marco legal de la educación derivó en un enconado conflicto
social y en acciones represivas injustificables.
Ante esta circunstancia, el gobierno federal se comprometió desde un inicio a
mejorar las condiciones materiales de las escuelas del país, a garantizar el
acceso de todos los jóvenes a la educación y a revertir la mal llamada reforma
educativa. La Secretaría de Educación Pública tiene la tarea de dignificar los
centros escolares y el Ejecutivo federal, el Congreso de la Unión y el
magisterio nacional se encuentran en un proceso de diálogo para construir un
nuevo marco legal para la enseñanza.
Las Universidades para el Bienestar Benito Juárez García iniciaron sus
actividades en marzo de 2019 con 100 planteles en 31 entidades. Para la
instalación de los planteles se dio preferencia a zonas de alta densidad
poblacional en las que haya nula oferta de estudios universitarios y con alto
grado de rezago social, marginación y violencia. Las escuelas universitarias se
distribuyen en Oaxaca (11 planteles), Ciudad de México (10), Veracruz (8),
Chiapas y Guanajuato (6). Las otras entidades tienen entre 2 y 5 escuelas. En
conjunto, las Universidades para el Bienestar ofrecen 32 mil plazas para
estudiantes, los cuales recibirán una beca de 2 mil 400 pesos mensuales. Los edificios permanentes en los que operarán las Universidades para el
Bienestar serán construidos con el concurso del trabajo comunitario y de
trabajadores locales, en terrenos donados o entregados en comodato por
campesinos, municipios o comisariados ejidales. Las carreras que se ofrecen
son Ingenierías Civil, Industrial, Forestal, Agroalimentaria, Ambiental,
Agroforestal, Electromecánica, Agronomía, en Minas, Piscícola, en
Acuacultura, en Desarrollo Regional Sustentable, Química de la Industria
Petrolera, en Administración de la Industria Energética y en Procesos
Petroleros, en Energías Renovables; Medicina Integral y Salud Comunitaria;
Enfermería y Obstetricia; Medicina Veterinaria y Zootecnia; Contabilidad y
Administración Pública; Derecho; Patrimonio Histórico e Industria de Viajes;
Gestión Integrada del Agua; Normal de Educación Básica; Estudios Sociales;
Patrimonio Histórico y Biocultural; Educación Física; Administración Municipal
y Políticas Públicas; Música y Laudería y Normales Rural e Intercultural
Bilingüe.
Salud para toda la población
La administración que inició el 1 de diciembre de 2018 encontró un sistema
de salud pública insuficiente, ineficiente, depauperado y corroído por la
corrupción. Millones de personas no tienen acceso a ninguna de las
instituciones o modalidades de ese sistema o bien enfrentan padecimientos
para los cuales no hay cobertura. Como en otros terrenos, el desastre del
sistema de salud pública es resultado de los afanes privatizadores y de los
lineamientos emitidos por organismos internacionales copados por la
ideología neoliberal. El resultado: en un periodo en el que proliferaron los
dispensarios, clínicas y hospitales privados de todas las categorías, incluso los
de gran lujo, los establecimientos públicos han sido librados al saqueo de la
corrupción, la indolencia burocrática y el estrechamiento presupuestal. Es
casi normativo el que los pacientes de los hospitales del Estado tengan que
llevar sus propios materiales de curación y que se vean obligados a esperar
meses antes de ser sometidos a una intervención quirúrgica, tanto por la
saturación de los quirófanos como por descomposturas o faltantes de equipo. Otros ni siquiera logran acceso a terapias y tratamientos porque no están
afiliados a ninguna institución de seguridad social o bien porque la cobertura
del Seguro Popular es insuficiente. En suma, el derecho a la salud le es
denegado parcial o totalmente al sector más desprotegido de la población
mexicana.
Instituto Nacional de Salud para el Bienestar
El gobierno federal realizará las acciones necesarias para garantizar que hacia
2024 todas y todos los habitantes de México puedan recibir atención médica
y hospitalaria gratuita, incluidos el suministro de medicamentos y materiales
de curación y los exámenes clínicos.
Este objetivo se logrará mediante la creación del Instituto Nacional de Salud
para el Bienestar, que dará servicio en todo el territorio nacional. a todas las
personas no afiliadas al IMSS o al ISSSTE. La atención se brindará en atención
a los principios de participación social, competencia técnica, calidad médica,
pertinencia cultural, trato no discriminatorio, digno y humano.
● El combate a la corrupción será permanente en todo el sector salud.
● Se dignificarán los hospitales públicos de las diversas dependencias
federales.
● Se priorizará la prevención de enfermedades mediante campañas de
concientización e inserción en programas escolares de temas de nutrición,
hábitos saludables y salud sexual y reproductiva.
● Se emprenderá una campaña informativa nacional sobre las adicciones.
● Se impulsarán las prácticas deportivas en todas sus modalidades Cultura para la paz, para el bienestar y para todos
Todos los individuos son poseedores y generadores de cultura. En rigor, el
adjetivo “inculto”, particularmente cuando se le utiliza en término peyorativo,
denota una condición imposible: los humanos viven en sistemas culturales
que van desde el lenguaje hasta las celebraciones y conmemoraciones, desde
los patrones de comportamiento hasta la alimentación, desde el universo
simbólico que cada persona construye hasta el disfrute y consumo de
productos tradicionalmente denominados culturales, como la música, las
artes plásticas, las letras y las artes escénicas.
Desde esta perspectiva, nadie debe ser excluido a las actividades y los
circuitos de la cultura, los cuales representan, en la actual circunstancia,
factores de paz, cohesión social, convivencia y espiritualidad.
Al igual que en otros rubros, el gobierno federal priorizará en éste las
necesidades de los sectores más marginados, indefensos y depauperados, e
impulsará una vigorosa acción cultural en las zonas más pobres del país.
Al mismo tiempo, sin descuidar las materias que por tradición han recaído en
el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, la Secretaría de Cultura
promoverá la difusión, el enriquecimiento y la consolidación de la vasta
diversidad cultural que posee el país y trabajará en estrecho contacto con las
poblaciones para conocer de primera mano sus necesidades y aspiraciones
en materia cultural. Los recintos tradicionalmente consagrados a la difusión
del arte no deben centralizar y menos monopolizar la actividad cultural. Ésta
debe poblar los barrios y las comunidades y hacerse presente allí en donde es
más necesaria, que son los entornos sociales más afectados por la pobreza, la
desintegración social y familiar, las adicciones y la violencia delictiva.
POLÍTICA SOCIAL
Construir un país con bienestar
El objetivo mas importante del gobierno de la Cuarta Transformacion es que
en 2024 la población de México está viviendo en un entorno de bienestar. es
última instancia, la lucha contra la corrupción y la frivolidad, la construcción
de la paz y la seguridad, los proyectos regionales y los programas sectoriales
que opera el Ejecutivo Federal están orientados a ese propósito sexenal.
El estado de bienestar no es un concepto nuevo. Desde el Siglo XIX, los
movimientos obreros impulsaron en muchos paises del mundo
¿Por qué más tarde habrían de quedar plasmadas en políticas?
cuentos sociales como los servicios universales y educacion de gratis y salud,
las vacaciones pagadas, la jornada máxima de trabajo y los salarios mínimos.
Con marcadas diferencias, tanto en Europa como en Estados Unidos se
edificaron Estados de bienestar. En el caso de México, los artículos 3, 27, 123
y otros de la Constitución de 1917 sentaron las bases para un Estado de
Bienestar con características propias en un país predominantemente agrario y
de tradiciones indígenas comunitarias.
Para edificar el bienestar de las mayorías se requería de una fuerte presencia
del sector público en la economía, de enérgicas políticas recaudatorias y de
una intervención estatal que moderara las enormes desigualdades sociales en
las que desemboca de manera inevitable una economía de mercado sin
control alguno. Así pues, hasta hace unas décadas era normal y aceptado que
en los países capitalistas industrializados el Estado detentara el monopolio de
sectores estratégicos como las telecomunicaciones y los ferrocarriles, la
operación de puertos y aeropuertos, los sistemas de pensiones y, por
supuesto, los sistemas de educación y salud.
En la crisis económica de 1973 los grandes capitales y sus ideólogos, los
economistas neoliberales, vieron la oportunidad de desmantelar en provecho propio los mecanismos de redistribución, los derechos laborales, los sistemas
de enseñanza y salud y todo lo que fuera de propiedad pública. Se alzó en el
mundo un clamor concertado que señalaba al sector público como
intrínsecamente corrupto y mal administrador, se afirmó que resultaba
demasiado costoso mantener los derechos laborales y sociales adujo que el
gasto social era inflacionario y generador de déficits incontrolables que
acabarían llevando a los países a la bancarrota. El modelo alternativo, que fue
el desmantelamiento del Estado de bienestar y la privatización de todo lo
imaginable, tuvo en la dictadura militar chilena (instaurada de manera
criminal y violenta en 1973) su primer laboratorio. De allí pasó a Gran Bretaña,
en donde fue aplicado por los conservadores y, posteriormente, en 1981, en
los Estados Unidos de América en donde se eliminaron un sinfín de leyes que
regulaban la economía y las finanzas, se redujeron los impuestos y se
emprendió una ofensiva en contra de los sindicatos.
Las crisis financieras que padeció México en 1976 y de 1982 en adelante
llevaron al colapso al modelo económico propio, que fue denominado
desarrollo estabilizador y, a partir de 1982, los gobernantes empezaron a
adoptar medidas de claro corte neoliberal. Seis años más tarde, con la
imposición de Carlos Salinas en la presidencia de la república, la receta fue
aplicada de lleno y se inició el desastroso periodo que culminó en 2018 y que
dejó una dolorosa herencia de pobreza multiplicada, desigualdad social,
marginación, corrupción, deterioro institucional, pérdida de soberanía,
inseguridad y violencia.
Hoy, en 2019, el país y el mundo han cambiado mucho y en muchos sentidos,
y sería imposible y hasta disparatado intentar un retorno a las estrategias del
desarrollo estabilizador. Esas estrategias atenuaron, pero no erradicaron la
pobreza y la miseria y fueron obra de un régimen claramente antidemocrático.
Actualmente México vive en una economía mundial abierta, el antiguo orden
bipolar ha desaparecido, la revolución digital ha trastocado las viejas lógicas
del comercio y de las relaciones sociales, el grado de integración económica
con Estados Unidos es mucho mayor que en 1982 o 1988, en los tiemposprevios al Tratado de Libre Comercio, y la sociedad es mucho más consciente
y participativa y no toleraría un régimen autoritario como el que se mantuvo
hasta el 2018.
En estas circunstancias, el gobierno federal impulsará una nueva vía hacia el
desarrollo para el bienestar, una vía en la que la participación de la sociedad
resulta indispensable y que puede definirse con este propósito:
construiremos la modernidad desde abajo, entre todos y sin excluir a nadie.
La referencia a ese “abajo” social refiere el protagonismo histórico que se han
ganado los siempre desposeídos, oprimidos, despojados y discriminados,
aquellos que han sido tradicionalmente atropellados por los grandes
intereses económicos, ignorados por los medios y privados del ejercicio de
sus derechos por el poder político; pero hace referencia también a la
formidable reserva de civilización contenida en la herencia cultural y social
mesoamericana y que ha resistido trescientos años de dominio colonial, un
siglo de guerras e intestinas durante la república independiente y, por
supuesto, más de tres décadas de neoliberalismo rapaz. Será una
construcción colectiva, que incluya la vasta diversidad de posturas políticas,
condiciones socioeconómicas, espiritualidades, culturas, regiones e idiomas,
ocupaciones y oficios, edades e identidades y preferencias sexuales que
confluye en la población actual de México. Y no excluirá a nadie porque será,
precisamente, una respuesta positiva y constructiva a las décadas de
exclusión en las que las mayorías fueron impedidas de participar, mediante la
manipulación política, la desinformación y la represión abierta, en las
decisiones nacionales.
En esta nueva etapa de la vida nacional el Estado no será gestor de
oportunidades, que es como se presentó de manera explícita la política social
del régimen neoliberal. Será, en cambio, garante de derechos. La diferencia
entre unas y otros es clara: las oportunidades son circunstancias azarosas y
temporales o concesiones discrecionales sujetas a término que se le
presentan a un afortunado entre muchos y que pueden ser aprovechadas o no. Los derechos son inmanentes a la persona, irrenunciables, universales y
de cumplimiento obligatorio.
El derecho a la vida, a la integridad física y a la propiedad serán garantizados
por medio de la ya descrita Estrategia Nacional de Paz y Seguridad. El
gobierno federal hará realidad el lema “Primero los pobres”, que significa
empezar el combate a la pobreza y la marginación por los sectores más
indefensos de la población.
Desarrollo sostenible
El gobierno de México está comprometido a impulsar el desarrollo sostenible,
que en la época presente se ha evidenciado como un factor indispensable del
bienestar. Se le define como la satisfacción de las necesidades de la
generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones
futuras para satisfacer sus propias necesidades. Esta fórmula resume
insoslayables mandatos éticos, sociales, ambientales y económicos que
deben ser aplicados en el presente para garantizar un futuro mínimamente
habitable y armónico. El hacer caso omiso de este paradigma no sólo conduce
a la gestación de desequilibrios de toda suerte en el corto plazo, sino que
conlleva una severa violación a los derechos de quienes no han nacido. Por
ello, el Ejecutivo Federal considerará en toda circunstancia los impactos que
tendrán sus políticas y programas en el tejido social, en la ecología y en los
horizontes políticos y económicos del país. Además, se guiará por una idea de
desarrollo que subsane las injusticias sociales e impulse el crecimiento
económico sin provocar afectaciones a la convivencia pacífica, a los lazos de
solidaridad, a la diversidad cultural ni al entorno.
Programas:
1. El Programa para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores da un
apoyo universal a mujeres y hombres de más de 68 años en todo el país. La
mayor parte de ellos se encuentra en pobreza y sin acceso a un sistema de
protección social que les garantice una vejez digna y plena. Según datos oficiales solo 23 por ciento de las mujeres y 40 por ciento de los hombres
tienen acceso a una pensión contributiva. Pero lo más grave es que 26 por
ciento de las personas adultas mayores no tienen ni pensión contributiva ni
apoyo de programas sociales. El apoyo económico se entrega de manera
directa –sin intermediarios- mediante el uso de una tarjeta bancaria. En las
comunidades indígenas del país, la edad mínima para inscribirse en el
programa es de 65 años. Lo mismo ocurre en el caso de personas mayores de
65 años que se hayan inscrito en el Padrón de derechohabientes del
programa Pensión para Adultos Mayores activos a diciembre de 2018. Para
2019 el monto del apoyo económico es de mil 275 pesos mensuales y se
entrega en forma bimestral mediante depósito directo en tarjeta bancaria.
2. El Programa Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad
apoya a niñas, niños y jóvenes de hasta 29 años que tienen discapacidad
permanente, así como a personas con discapacidad de 0 a 64 años que vivan
en comunidades indígenas. Más de la mitad de las personas con discapacidad
se encuentran además en situación de pobreza. Con este programa el
gobierno de la república busca la vigencia efectiva de los derechos de niñas,
niños, jóvenes e indígenas con discapacidad, así como eliminar la
marginación, la discriminación y el racismo de las y los mexicanos con
discapacidad. El monto del apoyo económico es de 2 mil 250 pesos
bimestrales y se entrega en forma bimestral mediante depósito directo en
tarjeta bancaria.
3. El Programa Nacional de Becas para el Bienestar Benito Juárez está
dirigido a niñas, niños y jóvenes menores de 18 años, cuyos hogares se
encuentren en situación de pobreza extrema y que estudien en una escuela
pública, desde Educación Inicial y Básica, Educación Media Superior y
Educación Superior. Está limitado a una beca por familia y el apoyo es de 800
pesos mensuales que serán entregados de manera bimestral al beneficiario,
ya sea mediante depósito en tarjeta bancaria, con una orden de pago en
sucursales o, cuando no haya otra forma, en efectivo en mesas de pago. En el
caso de los niños, el apoyo se entregará a sus padres o tutores. La duración será la misma que la del ciclo escolar (cinco bimestres) y los beneficiarios
deberán reincorporarse anualmente al programa.
4. Jóvenes Construyendo el Futuro tiene como propósito que jóvenes de
entre 18 y 29 años de edad que no se encuentren estudiando ni trabajando
reciban capacitación laboral. El alcance del programa es de 2.3 millones de
jóvenes. El gobierno federal les otorga una beca mensual de 3 mil 600 pesos
para que se capaciten durante un año en empresas, instituciones públicas y
organizaciones sociales, en donde recibirán capacitación para desarrollar
habilidades que les permitan insertarse con éxito en el ámbito laboral. La
capacitación tendrá una duración máxima de doce meses. La relación entre
becarios y tutores no se considerará de carácter laboral. Los becarios reciben
un apoyo mensual de 3 mil 600 pesos que se entrega directamente y de
manera igualitaria entre mujeres y hombres. Los becarios reciben, además,
por medio del IMSS, un seguro médico que cubre accidentes, enfermedades,
maternidad y riesgos de trabajo durante el periodo de permanencia en el
programa. Los becarios no deben realizar labores como asistentes personales,
de seguridad privada, veladores, promotores de partidos políticos ni trabajo
doméstico.
Pueden participar como tutores empresas de todos los tamaños y sectores;
personas físicas como: plomeros, electricistas, artesanos y profesionistas;
instituciones públicas tales como secretarías, municipios, gobiernos locales,
poderes legislativo y judicial, órganos autónomos o desconcentrados y
organismos internacionales; organizaciones de la sociedad civil; universidades,
sindicatos, escuelas, hospitales y museos, entre otras.
5. Jóvenes escribiendo el futuro es un programa nacional dirigido a jóvenes
que estén inscritos en algún centro de educación superior en modalidad
escolarizada, tengan menos de 29 años, no reciban otra beca del gobierno
federal, y vivan en un hogar en situación de pobreza. Se aplica en una primera
etapa en las escuelas normales, universidades interculturales, Universidad
Nacional Agraria, Universidad de Chapingo y Universidad Benito Juárez. Se dará prioridad a mujeres indígenas y afrodescendientes, a hombres indígenas
y afrodescendientes, a personas que vivan en una zona de atención prioritaria
y a personas que vivan en contextos de violencia. A cada becario se dará un
apoyo de 4 mil 800 pesos bimestrales durante el ciclo escolar (cinco
bimestres) y tendrá como requisitos que la institución educativa tenga el
expediente escolar completo del becario, que éste tenga un número de
matrícula y un grupo asignado y que asista a clases con regularidad. Los
becarios podrán inscribirse anualmente en tanto concluyen su educación
superior, con el límite máximo del número de años previsto en el plan de
estudios de la carrera que cursen.
6. Sembrando vida es un programa dirigido a las y los sujetos agrarios para
impulsar su participación efectiva en el desarrollo rural integral. Cubre los
estados de Campeche, Chiapas, Chihuahua, Colima, Durango, Guerrero,
Hidalgo, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí,
Sinaloa, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Yucatán. Incentiva a los
sujetos agrarios a establecer sistemas productivos agroforestales, el cual
combina la producción de los cultivos tradicionales en conjunto con árboles
frutícolas y maderables, y el sistema de Milpa Intercalada entre Árboles
Frutales (MIAF), con lo que se contribuirá a generar empleos, se incentivará la
autosuficiencia alimentaria, se mejorarán los ingresos de las y los pobladores
y se recuperará la cobertura forestal de un millón de hectáreas en el país. Se
otorgará apoyo económico a sujetos agrarios mayores de edad, que habiten
en localidades rurales y que tengan un ingreso inferior a la línea de bienestar
rural y que sean propietarios o poseedores de 2.5 hectáreas disponibles para
proyectos agroforestales. Los beneficiarios recibirán un apoyo mensual de 5
mil pesos, así como apoyos en especie para la producción agroforestal
(plantas, insumos, herramientas) y acompañamiento técnico para la
implementación de sistemas agroforestales. Los técnicos del programa
compartirán conocimientos y experiencias con los campesinos y aprenderán
de la sabiduría de las personas que han convivido con la naturaleza y con el
territorio 7. El Programa Nacional de Reconstrucción está orientado a la atención de la
población afectada por los sismos de septiembre de 2017 y febrero de 2018,
con un enfoque de derechos humanos, y se aplica en Chiapas, México,
Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Puebla, Tabasco, Tlaxcala,
Veracruz y Ciudad de México. Se prioriza la atención a quienes habiten en
zonas con mayor grado de marginación, con población mayoritariamente
indígena o con altos índices de violencia, y considerando las localidades con
mayor concentración de daños materiales, la proporcionalidad de la
afectación por el número de inmuebles en la localidad, y el mayor daño en la
infraestructura y las viviendas. El programa es operado por la Comisión
Intersecretarial para la Reconstrucción, creada mediante decreto presidencial,
es encabezada por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano y
participan en ella las Secretarías de Hacienda y Crédito Público, Educación
Pública, Salud, Cultura, Seguridad Pública y Protección Ciudadana. Está a
cargo de la reconstrucción, reparación, reubicación, acondicionamiento,
equipamiento, restauración, rehabilitación, mantenimiento y capacitación
para la prevención y la conservación de los bienes afectados por los sismos en
los sectores de vivienda, educación, salud y cultura. Para la realización de los
proyectos y acciones se promoverá la participación de profesionistas,
instituciones académicas, pequeñas empresas, cooperativas, trabajadores de
la construcción y de servicios, privilegiando la participación de empresas y
profesionistas de la entidad correspondiente, así como de la mano de obra de
las localidades en las que se llevarán a cabo los proyectos y acciones del
programa, cuando no se trate de actividades de alta especialización para
recuperar y preservar el patrimonio cultural de la Nación. En todos los casos
se buscará contribuir al fortalecimiento de la economía local. Este programa
tiene un presupuesto de ocho mil millones de pesos que serán ejercidos por
las secretarías de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (cinco mil 600
millones) y Educación Pública, Salud, y Cultura (800 millones cada una).
8. Desarrollo Urbano y Vivienda. Hemos comenzado el Programa de
Mejoramiento Urbano y Vivienda en 14 municipios del país, tanto en
ciudades de la frontera norte como en polos de desarrollo turístico, para aminorar el contraste entre zonas con hoteles de gran lujo, desarrollos
urbanos exclusivos y colonias marginadas. Se realizarán obras de
rehabilitación y/o mejoramiento de espacios públicos.
El programa abarca ciudades fronterizas como Tijuana, Mexicali, San Luis Río
Colorado, Nogales, Ciudad Juárez, Acuña, Piedras Negras, Nuevo Laredo,
Reynosa y Matamoros; así como colonias marginadas de cuatro turísticos: Los
Cabos, Bahía de Banderas, Acapulco y Solidaridad.
La vivienda social será una prioridad y se realizarán miles de acciones de
mejoramiento, ampliación y sustitución de vivienda. Solo este año se van a
reestructurar 194 mil créditos del Infonavit, lo que va a beneficiar a miles de
familias trabajadoras.
9. Tandas para el bienestar. Un millón de pequeños negocios recibirán el
beneficio de un crédito a la palabra para la adquisición de insumos y
herramientas. El objetivo de este programa es mejorar las condiciones de
todo tipo de pequeñas unidades económicas con el fin de fortalecer la
economía con un enfoque de justicia social. Los créditos iniciales serán de 6
mil pesos y al término de un año, si el crédito ha sido pagado, el beneficiario
podrá acceder a otro préstamo por 10 mil pesos; en el siguiente ciclo la
cantidad a financiar será de 15 mil pesos y el tope máximo será de 20 mil
pesos. El gobierno federal dispone de seis mil millones de pesos para
financiar este programa.
Derecho a la educación
Durante el periodo neoliberal el sistema de educación pública fue devastado
por los gobiernos oligárquicos; se pretendió acabar con la gratuidad de la
educación superior, se sometió a las universidades públicas a un acoso
presupuestal sin precedentes, los ciclos básico, medio y medio superior
fueron vistos como oportunidades de negocio para venderle al gobierno
insumos educativos inservibles y a precios inflados, se emprendió una ofensiva brutal en contra de las escuelas normales rurales y en el sexenio
pasado se operó una mal llamada reforma educativa que era en realidad una
contrarreforma laboral, contraria a los derechos laborales del magisterio y
orientada a crear las condiciones para la privatización generalizada de la
enseñanza.
Esta estrategia perversa se tradujo en la degradación de la calidad de la
enseñanza en los niveles básico, medio y medio superior y en la exclusión de
cientos de miles de jóvenes de las universidades. En los hechos, el derecho
constitucional a la educación resultó severamente mutilado y ello no sólo
privó al país de un número incalculable de graduados, sino que agravó el auge
de la delincuencia y las conductas antisociales. En el sexenio anterior la
alteración del marco legal de la educación derivó en un enconado conflicto
social y en acciones represivas injustificables.
Ante esta circunstancia, el gobierno federal se comprometió desde un inicio a
mejorar las condiciones materiales de las escuelas del país, a garantizar el
acceso de todos los jóvenes a la educación y a revertir la mal llamada reforma
educativa. La Secretaría de Educación Pública tiene la tarea de dignificar los
centros escolares y el Ejecutivo federal, el Congreso de la Unión y el
magisterio nacional se encuentran en un proceso de diálogo para construir un
nuevo marco legal para la enseñanza.
Las Universidades para el Bienestar Benito Juárez García iniciaron sus
actividades en marzo de 2019 con 100 planteles en 31 entidades. Para la
instalación de los planteles se dio preferencia a zonas de alta densidad
poblacional en las que haya nula oferta de estudios universitarios y con alto
grado de rezago social, marginación y violencia. Las escuelas universitarias se
distribuyen en Oaxaca (11 planteles), Ciudad de México (10), Veracruz (8),
Chiapas y Guanajuato (6). Las otras entidades tienen entre 2 y 5 escuelas. En
conjunto, las Universidades para el Bienestar ofrecen 32 mil plazas para
estudiantes, los cuales recibirán una beca de 2 mil 400 pesos mensuales. Los edificios permanentes en los que operarán las Universidades para el
Bienestar serán construidos con el concurso del trabajo comunitario y de
trabajadores locales, en terrenos donados o entregados en comodato por
campesinos, municipios o comisariados ejidales. Las carreras que se ofrecen
son Ingenierías Civil, Industrial, Forestal, Agroalimentaria, Ambiental,
Agroforestal, Electromecánica, Agronomía, en Minas, Piscícola, en
Acuacultura, en Desarrollo Regional Sustentable, Química de la Industria
Petrolera, en Administración de la Industria Energética y en Procesos
Petroleros, en Energías Renovables; Medicina Integral y Salud Comunitaria;
Enfermería y Obstetricia; Medicina Veterinaria y Zootecnia; Contabilidad y
Administración Pública; Derecho; Patrimonio Histórico e Industria de Viajes;
Gestión Integrada del Agua; Normal de Educación Básica; Estudios Sociales;
Patrimonio Histórico y Biocultural; Educación Física; Administración Municipal
y Políticas Públicas; Música y Laudería y Normales Rural e Intercultural
Bilingüe.
Salud para toda la población
La administración que inició el 1 de diciembre de 2018 encontró un sistema
de salud pública insuficiente, ineficiente, depauperado y corroído por la
corrupción. Millones de personas no tienen acceso a ninguna de las
instituciones o modalidades de ese sistema o bien enfrentan padecimientos
para los cuales no hay cobertura. Como en otros terrenos, el desastre del
sistema de salud pública es resultado de los afanes privatizadores y de los
lineamientos emitidos por organismos internacionales copados por la
ideología neoliberal. El resultado: en un periodo en el que proliferaron los
dispensarios, clínicas y hospitales privados de todas las categorías, incluso los
de gran lujo, los establecimientos públicos han sido librados al saqueo de la
corrupción, la indolencia burocrática y el estrechamiento presupuestal. Es
casi normativo el que los pacientes de los hospitales del Estado tengan que
llevar sus propios materiales de curación y que se vean obligados a esperar
meses antes de ser sometidos a una intervención quirúrgica, tanto por la
saturación de los quirófanos como por descomposturas o faltantes de equipo. Otros ni siquiera logran acceso a terapias y tratamientos porque no están
afiliados a ninguna institución de seguridad social o bien porque la cobertura
del Seguro Popular es insuficiente. En suma, el derecho a la salud le es
denegado parcial o totalmente al sector más desprotegido de la población
mexicana.
Instituto Nacional de Salud para el Bienestar
El gobierno federal realizará las acciones necesarias para garantizar que hacia
2024 todas y todos los habitantes de México puedan recibir atención médica
y hospitalaria gratuita, incluidos el suministro de medicamentos y materiales
de curación y los exámenes clínicos.
Este objetivo se logrará mediante la creación del Instituto Nacional de Salud
para el Bienestar, que dará servicio en todo el territorio nacional. a todas las
personas no afiliadas al IMSS o al ISSSTE. La atención se brindará en atención
a los principios de participación social, competencia técnica, calidad médica,
pertinencia cultural, trato no discriminatorio, digno y humano.
● El combate a la corrupción será permanente en todo el sector salud.
● Se dignificarán los hospitales públicos de las diversas dependencias
federales.
● Se priorizará la prevención de enfermedades mediante campañas de
concientización e inserción en programas escolares de temas de nutrición,
hábitos saludables y salud sexual y reproductiva.
● Se emprenderá una campaña informativa nacional sobre las adicciones.
● Se impulsarán las prácticas deportivas en todas sus modalidades Cultura para la paz, para el bienestar y para todos
Todos los individuos son poseedores y generadores de cultura. En rigor, el
adjetivo “inculto”, particularmente cuando se le utiliza en término peyorativo,
denota una condición imposible: los humanos viven en sistemas culturales
que van desde el lenguaje hasta las celebraciones y conmemoraciones, desde
los patrones de comportamiento hasta la alimentación, desde el universo
simbólico que cada persona construye hasta el disfrute y consumo de
productos tradicionalmente denominados culturales, como la música, las
artes plásticas, las letras y las artes escénicas.
Desde esta perspectiva, nadie debe ser excluido a las actividades y los
circuitos de la cultura, los cuales representan, en la actual circunstancia,
factores de paz, cohesión social, convivencia y espiritualidad.
Al igual que en otros rubros, el gobierno federal priorizará en éste las
necesidades de los sectores más marginados, indefensos y depauperados, e
impulsará una vigorosa acción cultural en las zonas más pobres del país.
Al mismo tiempo, sin descuidar las materias que por tradición han recaído en
el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, la Secretaría de Cultura
promoverá la difusión, el enriquecimiento y la consolidación de la vasta
diversidad cultural que posee el país y trabajará en estrecho contacto con las
poblaciones para conocer de primera mano sus necesidades y aspiraciones
en materia cultural. Los recintos tradicionalmente consagrados a la difusión
del arte no deben centralizar y menos monopolizar la actividad cultural. Ésta
debe poblar los barrios y las comunidades y hacerse presente allí en donde es
más necesaria, que son los entornos sociales más afectados por la pobreza, la
desintegración social y familiar, las adicciones y la violencia delictiva.